Cada 4 de julio ,es el Día Mundial de los Delfines en Cautiverio. Una efeméride que se creó para sensibilizar e informar a las personas acerca de la vida miserable que lleven estos inteligentes animales. Solo para que la gente pague para verlos hacer piruetas o nadar en su compañía
.- Sí, para quienes lo visitan es muy divertido poder nadar junto a ellos u observar todo lo que ellos pueden hacer. Pero hay una triste realidad detrás de todo esto:
Para empezar, las estadísticas demuestran que la esperanza de vida de todos estos mamíferos marinos en cautiverio se acorta considerablemente. Estos animales inteligentes y sociales se ven obligados a vivir en condiciones de confinamiento artificial, lejos de sus familias y de su entorno natural.
Esto sucede porque en muchos sitios se ha prohibido la cría en cautiverio de delfines y orcas. Pero como la demanda de verlos cautivos no disminuye, los delfines continúan siendo capturados en su entorno natural. Por cada ejemplar que acaba en un delfinario, muchos otros pierden la vida. Y cuando están cautivos, son capaces de suicidarse, a causa de la depresión que les provoca el confinamiento.
Una tristeza
En cautiverio, los delfines no pueden comunicarse correctamente, cazar, socializar o tener una vida normal. El estrés de su confinamiento a menudo le provoca alteraciones del comportamiento. Además de sufrir una significativa reducción de la resistencia a las enfermedades.
No pueden escapar a los nadadores o buceadores que los obligan a interactuar con ellos prácticamente durante todo el día. Algo que los estresa sobremanera, al punto de que muchos experimentan signos de angustia y temor ante la cercanía de los humanos.
Se sabe que en ciertos delfinarios han llegado al colmo de hacerles creer a quienes pagan para meterse en el agua con ellos, que los gritos de sufrimiento en realidad son expresiones de alegría. El colmo de la hipocresía y el maltrato animal.
Además, es fundamental tener en cuenta que su entorno natural es el agua salada. Por tanto, sufren una amplia variedad de afecciones en la piel y problemas respiratorios por culpa del cloro. Porque este se agrega en beneficio de los espectadores, pero en detrimento de la calidad de vida de los cautivos.
El llamado
Por suerte son cada vez más los países que han comenzado a reconocer a los delfines como especies que poseen un valor extraordinario para la humanidad. Por ejemplo, en la India son vistos como seres no humanos que no pueden ser usados para la explotación y donde ya se han declarado algunos derechos especiales para su protección.
Países como Ucrania, Brasil, Costa Rica, Israel e Inglaterra han prohibido los delfinarios. Con esta sabia decisión se busca dignificar y salvar la vida de una especie única, que ha mostrado claros indicios de poseer una inteligencia sobrenatural.